viernes, octubre 31, 2008

El macho cabrío


El rebaño de cabras ha pasado
junto al agua del rio.
En la tarde de rosa y de zafiro
llena de paz romantica
yo miro
al gran macho cabrío.

¡Salve, demonio mudo!
Eres el más
intenso animal.
Mistico eterno
del infierno
carnal ...

¡Cuantos encantos
tiene tu barba,
tu frente ancha,
rudo Don Juan!

¡Que gran acento el de tu mirada
mefistolica y pasional!

Vas por los campos
con tu manada,
hecho un eunuco
¡siendo un sultan!
Tu sed de sexo
nunca se apaga;
bien aprendiste
del padre Pan.

La cabra
,
lenta te va siguiendo
encamorada de tu humildad;
más tus pasiones son insaciables:
Grecia vieja
te comprendera.

¡Oh ser de hondas leyendas santas,
de ascetas flacos y Satanás
con piedras negras y cruces toscas,
con fieras mansas y cuevas hondas
donde te vieron entre la sombra
soplar la llama de lo sexual!

¡Machos cornudos
de bravas barbas!
¡Resumen negro a lo medieval!
Nacisteis junto con Filomnedes
entre la espuma casta del mar,
y vuestras bocas
lo acariciarón
bajo el asombro del mundo astral.

Sois de los bosques llenos de rosas
donde la luz es huracán;
sois de los prados de Anacreonte,
llenos con sangre de lo inmortal.

¡Machos cabrios!
Sois metarmofosis
de viejos sátiros
perdidos ya.
Vais derramando lujuria virgen
como no tuvo otro animal.

!Iluminados del Mediodía!
Pararse en firme
para escuchar
que desde el fondo de las campiñas
el gallo os dice:
¡Salud! al pasar.

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